Mandarina Tango
La mandarina Tango es una variedad sin semillas, pequeña y de piel suave, que se pela con gran facilidad, lo que la convierte en una opción práctica y deliciosa para el consumo diario. Su sabor es intenso, dulce y sin apenas acidez, ideal para quienes buscan una experiencia más equilibrada en frutas cítricas.
Como todas las mandarinas, es rica en vitamina C y antioxidantes, y su alto contenido de fibra y minerales como el potasio la hacen perfecta para mantener una buena hidratación y salud digestiva. La versión ecológica de la mandarina Tango, cultivada sin pesticidas ni productos químicos, ofrece un sabor auténtico y natural, respetando el medio ambiente y favoreciendo la sostenibilidad.
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Beneficios de la mandarina Tango
Las mandarinas Tango son una opción ideal tanto para la salud de los consumidores como para el cuidado del medio ambiente. Estas mandarinas, conocidas por su sabor dulce y ausencia de semillas, son ricas en vitamina C, un nutriente clave para fortalecer el sistema inmunológico y proteger el cuerpo frente a infecciones. Además, contienen antioxidantes como los flavonoides, que ayudan a combatir el envejecimiento celular y mantener una piel sana y luminosa.
Al cultivarse de manera orgánica, las mandarinas Tango no contienen residuos de pesticidas tóxicos, lo que las hace más seguras y naturales para el consumo. Su producción también promueve prácticas agrícolas sostenibles, apoyando la biodiversidad y el uso responsable de los recursos naturales.
- Producto sostenible
- Alto contenido vitamina C
- Útil contra infecciones y enferemedades
- Antioxidante, previene el envejecimiento
- Sin pesticidas ni insecticidas
- Seguras para consumo humano
- Cultivo respetuoso con el medio ambiente
- Sabor intenso e inconfdible
¿Cómo es el cultivo de las mandarinas?
El cultivo de mandarinas, como el de otros cítricos, enfrenta retos que los agricultores sorteamos diariamente para garantizar una producción sostenible.
Estas soluciones no solo permiten una producción más respetuosa con el entorno, sino que también contribuyen a mejorar la salud y la longevidad del suelo, asegurando un cultivo sostenible a largo plazo.
Uno de los principales obstáculos es la gestión de las plagas, que pueden afectar tanto la calidad de la fruta como el rendimiento del cultivo. En la agricultura convencional, esto se resuelve con pesticidas, pero en el cultivo ecológico se recurre a métodos naturales como la rotación de cultivos, la protección biológica con depredadores naturales de plagas y el uso de plantas repelentes.
Otro desafío importante es el cambio climático, que puede alterar los ciclos de lluvia y afectar el crecimiento de las mandarinas. Para mitigar estos efectos, los agricultores ecológicos empleamos técnicas de gestión del suelo, como la cubierta vegetal, que retiene la humedad y previene la erosión.También utilizamos otras técnicas innovadoras en nuestras fincas, gracias a las que podemos ofrecer productos de alta calidad sin que se vea perjudicado el medio ambiente.